Foto de portada, Praia do Guincho (Cascais). Portugal. - Autor: Fernando Romero.

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jueves, 16 de noviembre de 2017

Restauración de mi camper. Parte I - Mecánica.

Como ya he comentado en varias ocasiones en el blog, mi furgo es del año 1.991, muy pronto cumplirá los 27 años.


Aunque se encuentra en un buen estado de conservación en general, ha recibido un mantenimiento mínimo. 

Es cuando llega esa situación, que la dejas morir, o empezamos a restaurar la furgo para poder disfrutarla muchos más años. Una vez tomada la decisión de seguir viajando con ella, he pensado en dividir en tres fases el proyecto.

Fase I. Mecánica.

Fase II. Chapa y pintura.

Fase III. Interior.

El punto más débil de la furgo, es el motor. El año pasado lo reparé de la culata, pero tiene poca fuerza y apenas me mantiene los 100 km/h. Bastante bajo de compresión, por no hablar del gasto de aceite, que se había disparado este último año. Así que tenía que tomar una desición. Hay tres posibilidades, restaurar el motor, comprar uno en un desguace o comprar uno aligerado. Pedí presupuesto para restaurar el mio y ascendía a 1.800 euros, más los gastos del taller, unos 1.000 euros más aproximádamente.


Visitando un desguace de mi ciudad encontré una T4 del año 1.995, que había entrado un par de días antes. Pertenecía a una carpintería de aluminio, de la cual conozco al dueño. Fui a visitarlo y me comento que ese motor lo compro hace un año, a una empresa que se dedica a restaurar motores. Desde su compra le había realizado unos 10.000 kilómetros, pero otras averías en suspensión y carrocería, le llevó a cambiar la furgo por una nueva para el negocio.


Llegué a un acuerdo con el desguace y le compré el motor por 400 euros, y un taller de confianza me realizó el cambio. Como es normal, aproveché la ocasión para sustituir todas las piezas desgastadas o en mal estado. Como cables, tubos, bridas y variedad de pequeñas reparaciones. La factura total, puesto en carretera ha ascendido a 1.600 euros, incluyendo el precio del motor.


Con ello doy por finalizada la primera fase del proyecto. Después de probar la furgo, he quedado muy satisfecho. El cambio ha sido considerable, ya que tiene más fuerza y mantiene en carretera fácilmente los 120 km/h. A pesar de ser el mismo motor, un 1.900 c.c., la restauración se nota, un motor con mayor compresión y en muy buen estado.


Tengo en proyecto poder ejecutar la segunda fase a lo largo del año que viene. Lo más importante será eliminar el óxido que ha empezado a aparecer junto a la luna delantera y en los bajos de las puertas, no es muy grabe, pero si lo dejamos nos quedamos sin furgo.


Y dependiendo de la situación económica, soy un currante, pues intentaremos ir restaurando el interior, como sustitución del suelo y la lona del techo. Bueno poco a poco lograremos alargar la vida de la camper.

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